JESUS ESTA EN LOS NIÑOS PEQUEÑOS.

Tercer Misterio. Habla El Niñito Jesús. DADO A JAVIER VIESCA.

Sobre: Ved en todos los niños pequeños, a vuestro alrededor, Mi Presencia, ciertamente Yo estoy en ellos, cuidadlos en cuerpo y alma, llenadlos de vida espiritual, apartad de ellos, el mayor tiempo posible, los ataques de satanás, que mantengan su inocencia por mucho más tiempo, y habladles de Mi Amor.

Hijitos Míos, Soy el Niñito Jesús. Ciertamente, Yo pude haber aparecido ante el Mundo sin necesidad de haber pasado como todo ser humano pasa en este Mundo, naciendo, creciendo, dando fruto y luego muriendo. Quise Ser Niño, presentándoMe, también, así ante los hombres, como un Niño común y corriente, pero un Niño Ejemplo, un Niño Bueno, hijo de una familia buena, sencilla que, ciertamente, no sobresalía gran cosa ante el pueblo, pero aquellos que conocían a Mis padres, gozaban de sus consejos, de ésa vida de Amor que se vivía en Nuestro hogar; vida de paz, vida totalmente suelta a Dios. Ciertamente, eran pocas las almas que se acercaban a Nuestro hogar y que apreciaban esta vida.

Recordad que había mucha obscuridad espiritual en ésos momentos de la historia. Cuando entro Yo a vivir entre los hombres, traje la Luz al Mundo, traje la Sabiduría Divina y empecé a mostrarla. Ante los sacerdotes, cuando, aparentemente, Me perdí, pero empezaba ya Mi Misión, ahí Me empezaron a conocer.

La sencillez de los niños atrae la Mirada del Padre, quise Ser sencillo, para que de ahí tomarais ejemplo.

Satanás os ha quitado esa sencillez, la pureza, la inocencia, vuestros hijos ya no son lo que debieran ser, están totalmente afectados por los ataques de satanás desde que son muy pequeños. Ciertamente, Mi Corazón se duele por esto, los niños, al perder su inocencia, al perder esa bondad de la niñez, pocos se acercan a Mí. No importa en qué edad Me vean, cuando el alma es buena, es sencilla, es humilde, cuando se le enseñó a amarMe, Me ama en todas Mis edades, como Niño, como Redentor, cuando llevaba la Palabra de Mi Padre, en Mi Martirio, en Mi Muerte, en Mi Resurrección. En todas Mis edades, las almas que son buenas, Me aman, Me buscan, Me respetan, crecen.

Me gusta presentarMe como Niño ante los hombres, para que regresen a ése momento de la inocencia espiritual, toco sus fibras más íntimas del corazón y las sensibilizo al presentarMe así, como Niño y, muchas almas, cambian, inmediatamente, porque se enternecen ante Mi Presencia.

Ved en todos los niños pequeños, a vuestro alrededor, Mi Presencia, ciertamente Yo estoy en ellos, cuidadlos en cuerpo y alma, llenadlos de vida espiritual, apartad de ellos, el mayor tiempo posible, los ataques de satanás, que mantengan su inocencia por mucho más tiempo, y habladles de Mi Amor: cómo os amo, cómo Me di por vosotros, cómo Me sigo dando por la humanidad y el Universo entero, el pequeño, vuestro Pequeño Dios, pero Inmenso en Sabiduría, en Poder y en Amor. Me presento Pequeño, para que vuestro corazón Me permita más fácilmente la entrada y, ya estando con vosotros, os transforme y os haga vivir una vida de niño, para que seáis grandes a los Ojos de Mi Padre.

Os amo, Mis pequeños, sed como niños.

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