JACULATORIA PARA SACERDOTES.

“El Corazón de Mi Madre tiene derecho al Título de ‘Doloroso’, y quiero que se

anteponga al de ‘Inmaculado’, porque lo tiene bien merecido. La Iglesia reconoció en Mi

Madre, lo que Yo Mismo Le di. Ahora es necesario, y YO lo quiero, que se reconozca y se

comprenda también el derecho que Mi Madre tiene a un título de Justicia, que merece por la

identificación a todos Mis Dolores, por Sus sufrimientos y sacrificios, y por Su inmolación en el

Calvario aceptada en plena correspondencia a Mi Gracia y soportada por la salvación de la

humanidad.

Es sobre todo, en esta correspondencia, donde Mi Madre fue grande y por eso pido que la

invocación “Corazón Doloroso e Inmaculado de María, Rogad por nosotros”, tal como Yo

lo he dictado, sea aprobada y difundida en toda la Iglesia, como dirigida a Mi Corazón, y sea

recitada por cada uno de Mis Sacerdotes después del Sacrificio de la Misa. Ya he conseguido la

Gracia y todavía obtendrá más aun. Esto que quiero, es consecuencia de lo que hice en el

Calvario, dando a Mi Madre a Juan como hijo, ¿no le confié la maternidad dolorosa del mundo

entero?

Las peores calamidades que había anunciado, se han desencadenado, por eso ha llegado el

tiempo y YO quiero: Que los pueblos se vuelvan al Corazón Dolorido de Mi Madre. Que

un mismo grito se levante de todos los corazones: “CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE

MARÍA, ROGAD POR NOSOTROS.”

Que esta plegaria, indicada por Mi Amor como último Refugio, sea aprobada e

indulgenciada, no sólo parcialmente y para una pequeña parte de Mi grey, sino para

todo el mundo, a fin de que se difunda como un soplo reparador y purificador que aplacará Mi

Enojo.

Esta devoción al Corazón Doloroso e Inmaculado, reanimará la fe y la esperanza en los

corazones destrozados, y en las familias destruidas ayudará a reparar las ruinas, endulzará los

dolores, será nueva fuerza para Mi Iglesia, llevando a las almas, no sólo la confianza en Mi

Corazón, sino también en el Corazón Dolorido de Mi Madre.

Es el Corazón Inmaculado de Mi Madre el que YO quiero hacer Triunfar, porque después

de haber cooperado a la salvación de las almas, este Corazón tiene derecho a una misma

cooperación en la manifestación de Mi Justicia y de Mi Amor. Grande es Mi Madre, pero

especialmente Su Corazón martirizado y traspasado por la misma Herida que el Mío. Por eso,

queriendo para este Corazón un Triunfo clamoroso, he esperado la hora universal de la miseria,

para que ésta encuentre en el Corazón Dolorido de María un eco sin límites, como lo encuentra

en el Mío.

Adoptar esta devoción y difundirla, es cumplir Mi Voluntad y responder a la espera de Mi

Corazón. Porque, merced a la plegaria y a la Consagración a este Corazón, se

obtendrán Gracias de Luz, que conducirán lentamente a las almas al pleno

conocimiento de Nuestros Corazones Unidos, Traspasados por la misma Herida,

Fuente inexhausta de todo bien para los hombres, y cuya gloria formará la felicidad de los

elegidos.

 

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