LOS NIÑOS

Jun 30_98 Los Niños. Imprimir E-Mail
Mensaje de Dios Padre a J.V.

Habla Dios Padre,
Sobre: Los Niños

Hijos Míos, hoy les quiero hablar sobre los niños. Ya os lo dijo Mí Hijo Jesucristo en las Sagradas Escrituras, “Dejad que los niños se acerquen a Mí, porque de ellos es el Reino de los Cielos”.

Hijitos Míos, éstas palabras de Mí Hijo tienen una gran profundidad. Primero, el niño es amor, se alimenta de amor, vive en el amor. Todo lo que desea un niño lo espera totalmente de sus padres, él confía plenamente en ellos.

El no se pregunta si habrá de comer al otro día, o que se va a poner para vestir, o sí va a necesitar tal o cuál cosa al día siguiente. El niño vive confiando en sus padres, en él no existen esas preguntas de desconfianza. El niño es una esponja, absorbe todo lo que sucede a su alrededor. Si sus padres son amorosos, aprenderá a amar; si sus padres son caritativos, aprenderá a compartir; si sus padres le enseñan a amarme, él enseñará a sus hijos lo mismo y vivirán en la Luz de la Verdad. Pero ¿Cuántos padres hay que se preocupen por dar un buen ejemplo de amor a sus hijos? ¿Cuántos padres hay que sean ellos verdaderos maestros, porque vivan frente a sus hijos y ante los demás, el amor que Yo, Vuestro Padre, les dí en sus corazones y que Mi Hijo Jesucristo se los llevó a la Tierra? ¿Cuántos padres hay que evitan que sus hijos no se llenen su mente y su corazón de suciedad, de las porquerías que Mí enemigo ha logrado que se vean a través de la televisión y del cine?

Padres, todos, el compromiso que tenéis de preparar unos nuevos hijos míos, es muy grande. No sólo los deberéis preparar para que puedan desarrollar los dones propios que concedo para su subsistencia en la Tierra, sino más importante, los dones que concedo a cada alma para que Me Lleve, Me transmita, Me viva y lo más importante, que pueda volver a Mí, que regrese a la Casa Paterna al acabar su misión en la Tierra.

Os lo vuelvo a repetir, el niño se alimenta de amor, vive y crece del ejemplo que primeramente ve a través de sus padres. Yo os he dado a Mis pequeños para que Me los preparéis en el amor y ¿qué hacéis una gran mayoría de vosotros?, os quitáis del compromiso, si no totalmente, sí parcialmente y para que “no molesten”, ó “me dejen descansar un rato”, prendéis la televisión. Hijos Míos, si aún a vosotros os hacen daño, grave daño a vuestras almas la gran mayoría de programas que se proyectan, ¿qué no va a suceder en esa pura y pequeña almita, que en vez de recibir su alimento de amor, de compañía de sus padres, de juego, de buen ejemplo? Reciben, en cambio violencia, fealdades, aberraciones y hasta ataques a su propio Dios. Mi Hijo os lo dijo “Dejad que los niños se acerquen a Mí, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. ¿Me estáis preparando niños para que se puedan acercar a Mí amorosamente y sin miedos y además limpios de corazón? ¿O Me estáis preparando niños que no Me amen, que no les importe Mi Presencia en sus vidas, que estén llenos de violencia y odios, que no busquen la trascendencia de sus almas?

Vosotros mismos padres, deberíais ser como los niños aún siendo adultos.

Yo sigo siendo vuestro Padre no importa la edad que tengáis. El niño tiene fé plena en sus padres, en que de ellos van a obtener todo, pero principalmente, el amor, ¿vosotros lo tenéis? Pero no vuestra concepción de amor, sino Mi concepción de AMOR que incluye respeto, cariño, donación sincera, comprensión. Un niño tiene confianza plena en sus padres, sabiendo que pase lo que pase, sus padres no le fallarán. ¿Vosotros la tenéis en Mí, Vuestro Padre?

El niño busca siempre los brazos de sus padres tan pronto se ve atacado de algo que no conoce, o cuando siente cansancio, frío o algún problemita que aparece de acuerdo a su edad. ¿Vosotros hacéis conmigo lo mismo? El niño vive en la humildad, vive en la total aceptación de lo que sus padres le dan y no se pone a pensar si le estarán dando la leche de la mejor calidad o si el biberón es de los más caros, o si la ropita que trae sea la más fina o si la camita en la que duerme sea construida con las más finas maderas. Ellos sólo absorben una sola cosa, el amor con que todo esto es dado a ellos, el amor con que los vistamos, ya sea con “trapitos” regalados o con sedas importadas. Es la alegría de los padres al vestirlo, es el amor de ellos al abrazarlo, es, en una palabra, la vida de amor lo que reciben de sus padres lo que más les importa no lo fino o pobre que lleven encima. Sed humildes, sed esponjas de amor igual que ellos.

Yo les transmití Mi Amor a través de Mi Hijo, seguid pues Su Ejemplo.

Yo soy un Padre providente y os lo dijo Mí Hijo, “Si a las aves del Cielo, a los peces del mar no les falta alimento y hasta a las flores las viste mejor que los mejores vestidos de la corte de Salomón, que no hará y dará a vosotros que sois sus Hijos”.

Hijos Míos, sed como niños y tendréis Mí Reino. Un niño obediente, realiza las órdenes de sus padres sin preguntarse nada, porque si ha recibido amor, buen ejemplo y cuidados de parte de ellos, entonces el niño confía en que lo que va a realizar será bueno para él y para los demás.

Y Yo ahora os pregunto hijos Míos, ¿No habéis recibido de Mí, Amor a manos llenas? ¿No habéis recibido de Mí, buen ejemplo a través de Mi Hijo Jesucristo? ¿No habéis recibido de Mí, cuidados de toda especie a través de toda vuestra vida?

Cuando os mantenéis en Mi Amor y en Gracia de alma y hacéis lo que os mando a través de Mis Mandamientos, os estáis comportando como Mis verdaderos hijos y Yo no puedo menos que derramar Mis Dones y bendiciones sobre vosotros y vuestras familias.

Un padre tiene a sus hijos “consentidos”, pero nunca desprecia, ni aparta a aquellos que no se comportan correctamente. Si realmente son buenos padres, pondrán más empeño en su educación, en sus necesidades amorosas, en su vida de relación ante los demás.

¿Si vosotros siendo imperfectos y cuando sois buenos padres, os dais hasta la fatiga, hasta el cansancio, que dais quizá hasta vuestra vida por ver a vuestros hijos sanos de cuerpo y alma, que no daré Yo que Soy Vuestro Dios, Vuestro Padre, el Amor por excelencia y perfección?

Hijos Míos, sed como niños y preparad a vuestros hijos a ser como niños ante Vuestro Padre Dios y así todos vosotros tendréis el Reino de Dios, Mi Reino, como premio.

Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo y en el del Amor Infinito del Espíritu Santo.

Deja un comentario