AMISTAD CON DIOS

31 de marzo de 2012 LIBRO DADME DE BEBER

CIENTOS DE ALMAS SIGUEN VIVIENDO EN PECADO MORTAL

Hijos Míos, Tengo que daros un toque de atención porque veo que vivís todavía con costumbres muy paganas y con deseos mundanos, y a pesar de las reiteradas veces que os llamamos desde el Cielo a la conversión y os alertamos de que pronto será la purificación, vosotros no tomáis en cuenta nuestras palabras y seguís con la vida mundana de siempre. Yo, Jesús, os hablo.
Apenas un puñado de almas han ido a confesarse y han hecho una confesión en condiciones. Cientos de almas siguen viviendo en pecado mortal y no limpian su alma de la inmundicia que la tiene muerta. Yo, Jesús, os hablo.
Sacerdotes Míos, sacerdotes de Mi Sagrado Corazón, predicad la confesión una y otra vez y facilitad la misma antes y después de la Misa. Instruid a Mis fieles de que no pueden comulgar sacrílegamente y asesorarlos cuantas veces hagan falta. Yo, Jesús, os hablo.
Debéis tomar conciencia de que hay que cambiar de vida y esto va también para los sacerdotes y obispos, no solo para los fieles, y para todo el mundo. Hay que vivir en la amistad con Dios y procurar crecer en santidad no solo con los sacramentos sino también con oración, penitencia y obras de misericordia.
Hijos, decís que amáis a Mi Madre y le cantáis y rezáis el Rosario, pero no la imitáis en su vida de abnegación y entrega a Dios, porque debéis vivir cada día como si fuera el último de vuestra existencia, preparados por si la muerte os sorprendiera de improviso. Yo, Jesús, os hablo.
Soy el Salvador de las almas y quiero salvaros. No leáis estos comunicados y los aparquéis hasta el próximo comunicado. Tenéis que confesar y reparar vuestros pecados para que Mi Santo Espíritu obre en vuestras almas ya limpias de inmundicia. Yo, Jesús, Vuestro Salvador, os hablo y os instruyo.

Un comentario sobre “AMISTAD CON DIOS

  1. Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de María

    Purísima Madre mía, quiero consagrarte mi
    corazón, mi voluntad, mi vida entera.
    Llévame al Corazón de tu Divino Hijo Jesús, para que El
    habite en mí. Quiero ser totalmente tuyo Madre mía y a
    partir de hoy, servirte fielmente en lo que me mandes.
    Sé dulce compañía en mi vida, no permitas que jamás me
    separe de Ti y en la hora de la muerte ven a buscarme
    para gozar de la eternidad en Tu compañía.
    Bendita y Alabada seas por siempre Madre Mía.

    Amén.

    Me gusta

Deja un comentario