O Filiola, esta gran y muy sencilla mística de la región parisina (1888-1976):
“El enemigo gana terreno. ¡Todo podría haber sido de otra manera! Pero la Iglesia triunfará a pesar de Satanás y de sus secuaces… Experimento la muerte en el alma por Francia” (17-6-75)
“Oh, Francia sufrirá por su falta de fe en Jesús, en su Santa Humanidad. Francia será humillada. Su orgullo sufrirá… Pero Jesús reinará, por su muy Santa Humanidad. El momento ya llega. El mundo no sabe más a quien recurrir. Se busca en quien confiar. Se protege todo su bienestar. Y las almas se pierden”.
“Los fieles a Jesús, a su Espíritu, a su amor, son muy escasos. Pero Jesús construye con ellos. Jesús me permite ver una luz tan bella, que es una fuerza sin nombre. ¡Esto es tan consolador! Jesús busca las pobres almas en el barro, para revestirlas con su amor, para conducirlas, para darles su vida. ¡Jesús reinará por medio de estos pequeños! Con estos pequeños, Jesús reconstruirá su Iglesia que tanto sufre. El Espíritu de Jesús reinará en su Iglesia que ha sido desgarrada, (13-5-74)
Y Jesús dice: “Francia me destroza el corazón por su falta de fe en mí… Quisiera sobre todo salvar a Francia que tanto amo… He elegido a Francia para consolar mi corazón: me lo arrancan, me lo desgarran, ¡esto es lo que hacen conmigo! (8-4-74).
“Francia no escucha mi voz, ni la voz de mi madre que habla, que llama… Se pierde un tiempo precioso que yo concedo para hacerme conocer. He elegido a Francia para hacerme conocer”. (Filiola, Camino de luz, Ediciones Pierre Téqui)
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