JESUS HABLA DE LOS SACRAMENTOS.

56. [341]- Los Sacramentos enriquecen el espíritu, lo fortifican y lo santifican. Criaturas, esta noche quiero hablaros de los «Sacramentos». Los «Sacramentos» son para el espíritu, por ello eternos, porque todo lo que es para el espíritu es eterno como el espíritu mismo. Los «Sacramentos» son salud espiritual y como dura eternamente el nombre bautismal, permanecen eternamente todos los otros sacramentos. El «matrimonio» que une dos espíritus antes que dos cuerpos, es una unión eterna de espíritus. En verdad os digo que importa siempre el primer matrimonio; los que se casan por segunda vez, aunque sea con Sacramento lícito, tendrán unión correcta en la tierra pero nunca santa en el Cielo. El «divorcio» no existe como no existen las uniones no santificadas por el Sacramento o mejor, existen en la tierra en apariencia, no en sustancia. La sustancia es del espíritu. Vosotros, cristianos, tenéis mayor conocimiento que todo otro hermano no cristiano, siendo no obstante siempre hermano, siempre hijo, siempre nuestra criatura. Vosotros tenéis mayores deberes, mayor responsabilidad, ya que Me tenéis más que los otros. Yo soy vuestro. Por eso vengo a hablar de los «Sacramentos» cristianos que acompañan al hombre a lo largo del camino que conduce hasta Mí. Lo hacen más fuerte, más consciente y lo hacen más Mío y Yo Me hago más suyo. ¡El «Bautismo» donado por Nosotros para que el Espíritu de Amor ilumine la criaturita sin conciencia, para corroborar después con la «Confirmación» este iluminar Divino! ¡Y la «Eucaristía», don de Gracia! ¡Y el «Matrimonio» que une a dos criaturas en la alegría y en el llanto, en la carne y en el espíritu! ¡Y luego, la «Extremaunción», que brinda al espíritu la última Luz antes de liberarlo del cuerpo! ¡Y «el Orden», que consagra a Mí Mis ministros! 35 Todo esto viene a ratificar que cada paso del hombre tiene necesidad de Mi huella para seguirla. ¡Yo soy el camino que conduce a Mí, a Mi Padre y al Espíritu de Amor! El misterio de la Trinidad que no es para mente humana, es grande, es maravilloso. Actúa en el corazón de los hombres y los guía la Augusta Trinidad, actúa en la mente y en el pensamiento y el hombre vive y vivirá verdaderamente por mérito de la Trinidad. Criaturas Mías, heme aquí con vosotros, Mi corazón late con el vuestro, unido al vuestro en el mismo pálpito. ¡Corazón humano! También Yo tuve corazón humano para amar mejor a los hombres. Y por ese amor os he donado los «Sacramentos» que tienen la Gracia de volveros semejantes a Mí. En verdad os digo que los «sacramentos» enriquecen el espíritu, lo fortalecen y lo santifican. 31 de Mayo de 1973

LIBRO LA PALABRA. DADO A GULIANA CRESCIO.

Deja un comentario