israel

20 de Abril del 2024

Jesús

¡Oh Jerusalén, Jerusalén!

   ¡Cuánto he llorado por ti a través de los siglos! ¡Eras las la paloma de Mi encanto desde siempre! Queriendo oír tus cantos para que embelesasen Mis oídos, y no solo te miraba con predilección, también había puesto en ti los anhelos de Mi Corazón amante, esperando que fueses la reina y madre de todos tus hijos elegidos por Mí y  que un día doloroso,  se dispersaron a poblar otras naciones y otro día, reunidos por Mí, vendrían a Mi tierra, para adorarme según lo deseado.

  ¡Oh Jerusalén, sin querer saber nada de Mí! y… ¡totalmente confundida!

   En ti se plantó el Árbol de la Cruz y tus ciudades y pueblos, Israel, vieron pasar Mi vida dolorosa y anhelante,  mientras con tantísimo Amor, recorría tus plazas y tus calles dejando en cada lugar, Mi vida generosa, para acercarte al Padre Eterno, para que el Paráclito, Paloma Divina, en tus almas y costumbres, construyese sus nidos de Amor.

   Mírate Israel, tierra amada totalmente, soberbia y enaltecida en el mal, donde la paz no  se proclama y después de tantos horrores que desplegarás, entre llantos y sufrimientos, por Mi misericordia, verás la Luz un día, porque Yo te amo.

  Vosotros, iluminados en Mi Amor, tan íntimamente conformado, rezad por Israel y por el mundo entero, como siempre, unidos a Mis plegarias y a las oraciones de la Madre y todas estas torturas, que tienen sabor de muerte, que un día se acabarán llenas y plagadas de rayos de sol radiante, que mirarán la Nueva Tierra con Mis hijos ya reunidos.

   ¡Pueblos de la Tierra a los que Yo he amado tanto! ¡por los que he muerto! Pueblos de la Tierra, Yo os quería recoger debajo de Mis alas, os quería recoger, pues deseaba que fueseis  ovejas de Mi rebaño y vosotros os fuisteis por senderos que no eran de vuestro Dios y Yo quería que a través de Mi Madre, vosotros fueseis a los gozos de las Jornadas Eternas, pero estáis caídos de una manera o de otra, provocándome tanto dolor, hijos, odiándoos con una soberbia que no se puede explicar, cuando Yo sólo os enseñé el Amor y que os quería recoger como el Pastor Eterno, para llevaros a Mis Pastos Eternos  de gozo y felicidad donde la Paz habita.

   Hijos todos ¡piedad de vuestro Dios! que ama con pasión la Tierra entera, que cada hombre es único, con un alma única, que desea unirse a Mí y no la dejan y las almas creadas por Mi Amor, rechazan incluso la ley natural.

  ¡Piedad y reparación! por esta tierra que todavía se mueve a tirones, por la gracia de Dios.

   ¡Piedad y misericordia a vuestro Dios! pues el hombre ha perdido la razón.

   Hijos, Yo os amo, con el Padre  y el Espíritu Santo que intercede en los corazones de todos.

María

Junto a Mi Hijo, vivo Yo también el dolor que me estruja viendo el mundo, intercedo y deseo interceder junto a vosotros al Padre, para que su misericordia, todavía un tiempo camine junto a vosotros.

   Hay tantos que mirándome, quizás se les encienda el corazón y el alma y por la gracia,  conociendo cómo les amo y cómo les ama Dios,  pidan perdón arrepintiéndose  de todos sus pecados.

   ¡Si entendiesen cómo los amo!

    Rezad y pedid a Dios que por algún medio se conviertan y puedan acoger Nuestro infinito Amor.

   Pedid en la Divina Voluntad, que así es pedir en el Padre, en Mi Hijo y en el Espíritu Santo.

   ¡Os amo pequeños de Mi Corazón!

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