la setena

LA SETENA
Día 3
Mis queridos hijos, como MADRE DE LA SEGUNDA VENIDA, he luchado en contra de Satanás, día a día, para acabar con el reino del pecado, la oscuridad y la muerte, y para finalmente ganar el Corazón de Mi Hijo Jesús y llevar su Reino a la Tierra. Mensaje en la fiesta de Cristo Rey, Jacareí, 20 de Noviembre de 2011.
3.- Rosario de los Consagrados a Ella
Utilizar un rosario común.
Ofrecimiento
Divino Jesús, Os ofrecemos este Rosario que vamos a rezar, meditando en los Misterios de nuestra Redención. Ofrecemos también en desagravio de los pecados cometidos contra el Santísimo Corazón de Jesús, y el Inmaculado Corazón de María, por la Paz del mundo, por la conversión de los pecadores y de nuestra familia. Ofrecemos particularmente, suplicando a la Divina Misericordia por nosotros, en los tiempos de purificación. Concedednos, por intersección de la Virgen María, Madre de DIOS y Madre Nuestra, las Virtudes que nos son necesarias para bien rezarlo, y la Gracia de ganar las Indulgencias de esta Santa Devoción.
Un Padre Nuestro.
Ave María.
Credo.
En las cuentas grandes:
“Corazones Santísimos de Jesús y María, a Vosotros me consagro, así como a toda mi familia”
En las cuentas pequeñas:
“Madre sálvanos por nuestra Consagración a vuestro Corazón Inmaculado”
En las 3 últimas cuentas:
“Padre gracias por habernos escogidos desde toda la eternidad”
Rezar la Salve.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo. Amén
En el Nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo.
Amén.
Después de la Oración Final:
Oh Señora mía, Oh Madre mía, yo me ofrezco enteramente a Vos. Y en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser. Ya que soy toda Vuestra, Oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como cosa y posesión Vuestra. Amén

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