| La carrera de la Caridad
Posted: 04 Feb 2014 03:08 PM PST
En Sueño Profético hablaban de la Caridad. Decían:
El hombre debía de hacer que fuera una carrera la Caridad; debía de reconocerla como las muchas que hay, y algunas poco provechosas. Esta carrera debe de tener sus cursos con sus notas y dos clasificaciones: aprobado o suspenso. Las notas las darían los mismos que recibieran la Caridad; ya, una vez dado el aprobado, premiar con el título de: “Éste espíritu es de Dios”; y ponerlo visible a la vista del hombre; premio que Dios quiere que se sepa para que acudan aspirantes a vivir en el Prójimo; este sería su nombre: Universidad en Dios, enseñanza a practicar la Palabra que Dios siempre está repitiendo; Caridad y Amor al Prójimo; Prójimo, Vivienda de Dios.
Esta Enseñanza tiene que ser reconocida por el hombre, y darle el grande valor que Aquí tiene en la Gloria.
La Caridad tiene que tener su título, que es el que avala a la Enseñanza.
La Caridad enseñada por el que Aquí viene, es Enseñanza más provechosa que caridad enseñada por el hombre.
El hombre tiene fallos, y Dios quita los fallos antes de tenerlos.
La Caridad que Aquí dictamos es Dios, y Dios no dicta para el arrobado.
El arrobado enseña de lo que Aquí lleva enseñado.
Desperté, oí:
¡Cuánto bien haría el hombre en hacer que la Caridad fuera otra carrera cualquiera!
Ésta ya la estudiaría el que mucho Amor tuviera al que sufre por mil cosas que el que no ama desprecia.
El Amor es Caridad, que podía ser carrera y el hombre reconocer.
Y nunca se terminaba, si querías aprender.
Reconocer que este estudio es el que debe tener mejor marco y mejor título.
El que haga Caridad, debe de tener un título para poder demostrar.
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Libro 2 – Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno – Tomo II – Pág. 199-200
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Espacio de angelica 
AMA A TU PROJIMO COMO A TI MISMO.
22 de Junio de 1977
M- No sé por qué, este cuaderno me es más querido que los otros. No entiendo nada. Quizás, porque en el no hay más que El y yo.
JESUS Hija mía, debes saber que a todas horas del día y de la noche, estoy cerca de ti acechando tus menores movimientos, escudriñando tus más mínimos pensamientos para que todo se haga movimientos y pensamientos de amor, para librarles de todo lo que les estorba, por culpa de una humanidad a veces exagerada en su compresión de las cosas.
¿Quieres amar lo que Yo amo?
M- ¡Oh, sí!
JESUS Ama a tu prójimo como a ti misma, ama mis Mandamientos, no en palabras sino en actos, ama a mi Padre, ama a mi Madre, ama a mis santos y sobre todo ama a los pobres pecadores como Yo les amo; el Amor ama todo, abraza todo, menos el pecado. Por mi gracia aparta de su camino todo lo que obstaculiza su progreso en las almas, sobre todo que te guste no depender más que de Mí.
Alaba las obras que Yo realizo en mis elegidos, alaba mi Bondad, mi Ternura por la humanidad que sufre y créeme ella sufre de muchas maneras.
Para Mí, lo valioso es la humildad y la pequeñez, tenlas en estima a las dos pues son la base de una multitud de virtudes.
Desprecia lo que es vil a mis ojos: la hipocresía, la mentira, el orgullo, el amor propio, el respeto humano.
Detesto estos frutos del infierno.
Te enseñaré a discernir para que no juzgues según las apariencias; te introduciré en el fondo del tema, para que no retengas más que lo que puede ser válido a mis ojos.
Los hombres no podrán nada contra ti porque soy Yo quien vive y actúa en ti.
Pero, para eso, hace falta que aceptes dejarme todo el sitio.
Emitir un juicio verdadero sobre las cosas sensibles es reconocer sus límites, su escaso poder sobre las cosas espirituales para las que son solamente un complemento destinado a apreciar mejor mis dones. No son indispensables a la vida del alma que puede estar privada de ellas cuando se estabiliza en mi Amor. Amar en profundidad, en altura y en anchura facilita el conocimiento de mi Santa Voluntad. Intenta reconocerla en cada suceso, intenta apreciarla y sobre todo aceptarla y amarla.
“Mensaje del Amor Misericordioso a las Almas Pequeñas” – TOMO II Pág. 150 – 151
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Paz, Alegría y Amor
LIBRO LEGION ALMAS PEQUEÑAS. MENSAJE A MARGARITA.
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