preparacion para una buena confesion y oraciones recomendadas.

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REFLEXIÓN

PREPARACIÓN PARA HACER UNA BUENA CONFESIÓN

Festividad de la Inmaculada Virgen María
Santuario Purísima de Lo Vásquez
Querido (a) Hermano (a),
Hoy el Señor te quiere acoger con todo su amor gratuito y misericordioso. Con confianza ábrele tu corazón al señor que te espera con los brazos abiertos, que te quiere y acepta tal cual eres…
Es necesario que entres en un ambiente de oración y pidas ayuda al Espíritu Santo. Te invito a repetir lentamente esta oración:

Padre Santo, ilumina mi corazón con la luz de Espíritu Santo, para descubrir con gratitud, la bondad de dones y despierta en mí, una aceptación muy profunda de todo lo que soy, porque sé que Tú me aceptas así. Te pido esto, en nombre de nuestro Señor Jesucristo
y de su madre la Santísima Virgen.

Amén.

el siguiente examen de conciencia, te quiere ayudar a revisar los momentos en los cuales no sigues el camino que el Señor te propone, por ejemplo:

a. Valora lo que Dios en su bondad ha hecho por ti:
¿Qué regalos me ha hecho Dios?
¿Qué alegrías he experimentado?
¿Cómo me ha demostrado su amor misericordioso?
¿Qué talentos o tareas me ha encomendado el Señor?
¿Qué me ha querido decir a través de las alegrías y dificultades que he experimentado?.

b. Revisa tu relación contigo mismo, con el prójimo y con el Señor:
En relación contigo mismo:
¿Digo siempre la verdad o miento?
¿Soy prudente en lo que hablo o calumnio?
¿Me he sabido respetar no tomando alcohol en exceso, ni tomando indebidamente drogas?
¿He respetado mi cuerpo?, He sido puro?
¿Me dejo llevar a menudo, por el mal genio?. ¿Por qué algunas veces estoy triste y pesimista? ¿Estimo los dones, los talentos que el Señor me ha dado y los desarrollo?
¿He caído en el afán por riquezas o poder? ¿He robado?
¿Me he perdonado a mi mismo?

En relación con los hermanos :
¿ Me acerco a quien me necesita (enfermo, ancianos, pobres)?
¿Comparto lo que tengo y pongo mis cualidades al servicio de los demás y de la Iglesia, ayudando a sus obras a favor de los más débiles?
¿He perdonado a quien me ha ofendido o he guardado rencor en mi corazón?
¿He obedecido a mis padres?
¿Con mis padres ancianos soy atento y cariñoso?
¿A mis hijos les dedico el tiempo para escucharlos, aconsejarlos y compartir con ellos?
¿He sabido respetar la vida de los hijos que vienen al mundo?
¿He ofendido de palabra, obra o con el pensamiento a otras personas?
¿He sido fiel a mi matrimonio con cariño, responsabilidad , respeto y pureza?
¿El pololeo lo he llevado con responsabilidad y respeto?
¿He dañado a otros con palabras y acciones?
¿Me he aprovechado de la debilidad o necesidad del otro?

En relación al Señor:
¿He buscado momentos para encontrarme con Él? ¿Rezo?
¿Confío en el señor o me he rebelado contra Él?
¿He dudado de la Virgen María y de la Iglesia?
¿Alguna vez me he avergonzado de ser católico?
¿Leo, medito y oro la Palabra de Dios, para escucharlo a Él?
¿Trato de practicar lo que el Señor me enseña?
¿Participo en la eucaristía (Misa) dominical?
¿He participado en sesiones de espiritismo o me he visto la suerte? ¿He creído brujerías y supersticiones?
Ya has visto en que no has sido del todo fiel al amor que el Señor tiene por ti. Haz el propósito de reconciliarte contigo mismo, con el prójimo y con el Señor.
Esta reconciliación la puedes expresar a través de una oración, como por ejemplo: el Padre Nuestro, el Ave María, o bien:

Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los Ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.

Ahora acércate al sacerdote para reconciliarte con el Señor.
Si el sacerdote te dice: “Ave María Purísima” ,tu le contestas: “sin pecado concebida”. o bien, el sacerdote puede invitarte a hacer la Señal de la Cruz e invocar el Espíritu Santo. Entonces, en un dialogo sincero abre tu corazón . Es aconsejable que señales la condición de tu vida (casado, soltero, obrero, estudiante, edad…) y el tiempo transcurrido desde la última vez que te confesaste con el Señor mediante este sacramento.

La parábola del padre que recobra a su hijo.
Jesús contó esto también: “un hombre tenía dos hijos, y el más joven le dijo a su padre: “Padre, dame la parte de la herencia que me toca.” Entonces el padre repartió los bienes entre ellos. Pocos días después, el hijo menor, vendió su parte de la propiedad y con ese dinero se fue lejos, a otro país, donde todo lo derrochó llevando una vida desenfrenada. Pero cuando ya se lo había gastado todo, hubo una gran escasez de comida en aquel país y él comenzó a pasar hambre. Fue a pedir trabajo a un hombre del lugar, que lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Y tenía ganas de llenarse con las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Al fin se puso a pensar:
“¡Cuántos trabajadores en la casa de mi padre tiene comida de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre! Regresaré a casa de mi padre, y le diré: Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo; trátame como a uno de tus trabajadores”. Así que se puso en camino y regresó a la casa de su padre.
“cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión de él. Corrió a su encuentro y lo recibió con abrazos y besos. El hijo le dijo: “Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo”. Pero el padre ordenó a sus criados: “Saquen pronto la mejor ropa y vístanlo; pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el becerro más gordo y mátenlo. ¡Vamos a celebrar esto con un banquete! Por este hijo mío. Estaba muerto y ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado”. Comenzaron la fiesta.
“Entre tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Cuando regresó y llegó cerca de la casa, oyó la música y el baile. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. El criado le dijo: “Es que su hermano ha vuelto; y su padre ha mandado matar el becerro más gordo, porque lo recobró sano y salvo. “Pero tanto se enojó el hermano mayor, que no quería entrar, así que su padre tuvo que salir a rogarle que lo hiciera. Le dijo a su padre: “Tú sabes cuántos años te he servido, sin desobedecerte nunca, y jamás me has dado ni siquiera un cabrito para tener una comida con mis amigos. En cambio, ahora llega este hijo tuyo, que ha malgastado tu dinero con prostitutas, y matas para él el becerro más gordo”.
“el padre le contestó: “Hijo mío, tu siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. Pero había que celebrar esto con un banquete y alegrarnos, porque tu hermano, que estaba muerto, ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado”.

(Evangelio según San Lucas. 15, 11-32)

ORACIONES RECOMENDADAS

Jaculatoria de la Paz

¡Oh Señor, buen Jesús! Ten misericordia de este pecador y de este mundo pecador el cual es mi hogar; Señor que la paz reine sobre él. Que vuelva la misericordia y el amor, y nuevamente con tu poder infinito destierres a Satanás al infierno, el lugar más tenebroso del universo.
Que ya no haya más guerras sobre la faz de la tierra, no más epidemias, no más enfermedades, no más hambre.
¡Oh glorioso y buen Jesús: en vos confío!

Guarda mi Corazón, Oh Jesús M ío

Te lo entregue inocente, lleno de amor a ti.
Te lo di en la mañana cuando no había ruido.
Te pedí que lo libraras de cualquier extravío.
Que pusieras en él la señal de tu dominio.
Que vivas siempre en él, más que yo mismo.
Y por eso te pido hoy que guardes mi corazón, Jesús mío.

Oración al Divino Maestro

Oh divino maestro: Señor del amor y la esperanza.
Creador de virtud y de humildad: enséñanos a ser copia fiel de ti.
Ayúdame a hacerme humilde, fiel y paciente para ser ejemplo para todos mis hermanos. Ayúdame a serte fiel y poder cargar la cruz que tú llevas para aliviar tu calvario.
Mi amado maestro, Señor de mi corazón: en ti he puesto mi vida y mi alma para que tú me guíes por el sendero del amor y de la esperanza. Tú nunca nos desamparas, ni en la noche, ni en el día. Eres mi eterno acompañante que nunca me olvidas.
Por eso, Señor mío, encomiendo mi alma, mi familia, mi comunidad y a los más necesitados.
A tus brazos los entrego, para la salvación del mundo entero.
Amén.

La Madre recomienda

– Amemonos los unos a los otros
– Sean generosos, bondadosos y humildes de corazón
– Hacerse pequeñitos para que Dios more en vuestros corazones.
– Renuncien a vuestra voluntad, debe prevalecer la voluntad de Dios.
– Hagan de vuestra vida una nazareth, es decir vivan en silencio y oración.
– Confesión
– Penitencia

6 comentarios sobre “preparacion para una buena confesion y oraciones recomendadas.

  1. cracias x estas lindas oraciones y por quiarme a saver llevar el camino a una buena reconsiliacion con dios { comfecion } que dios los bendiga

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